lunes, 30 de enero de 2017

La Luna, Venus y Marte: Un bonito triángulo en el cielo.

Triángulo de "vecinos" de nuestro planeta
 
Las nubes han dejado un cielo realmente sucio sobre el centro de Sevilla

La Luna y Venus. Una pareja realmente preciosa

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La Luna, siempre espectacular

Todas las fotografías tomadas desde el centro de Sevilla con una cámara Canon 70D a la que se le ha acoplado un refractor Borg de 36mm y un teleobjetivo de 135mm. La atmósfera estaba realmente sucia y con nubes.






- TEXTO ORIGINAL DE LA ENTRADA -

Visión del horizonte oeste al atardecer del martes 31 de enero


En el atardecer del martes 31 de enero podremos disfrutar de una bonita imagen en el cielo. La Luna formará un triángulo con nuestros vecinos del Sistema Solar, Marte y Venus. Para su observación solo necesitaremos nuestros ojos.

Tras ponerse el Sol, nuestro satélite estará a una altura de 30 grados sobre el horizonte oeste y se encontrará en su fase creciente iluminada un 15% por lo que también podremos ver su luz cenicienta (ver el post anterior). Formará un bonito triángulo con Venus y Marte. Con el primero le separará algo más de 4 grados (ocho veces el diámetro de la Luna llena) y con Marte algo menos de 6 grados (12 veces el diámetro de nuestra Luna llena).

Disposición del triángulo formado por la Luna, Venus y Marte

Marte brillará con magnitud 1.3 con su característico color rojizo y Venus (el objeto más brillante del cielo después de la Luna y el Sol) con magnitud -4.3 y un precioso color blanco. Esta disposición entre cuerpos del Sistema Solar podrá verse durante dos horas después de ponerse el Sol aunque, como es lógico, cuanto más tarde más bajo sobre el horizonte se situarán los astros. Aprovechemos la oportunidad para fotografiarlos buscando alguna zona monumental de fondo o alguna montaña. 

sábado, 28 de enero de 2017

La Luz Cenicienta

La Luna creciente atravesando el cúmulo de las Hyades en Tauro en abril de 2016

Es indudable que una de las imágenes más bonitas que podemos ver en el cielo es la de la Luna solamente iluminada por un débil creciente pero mostrándonos el resto de su disco con un característico color gris. Ese color ceniza que vemos en el disco lunar se debe a que la Luna refleja la luz recibida de nuestro planeta después de que los rayos de luz procedentes del Sol incidan sobre nuestro planeta. Esa luz la conocemos como luz cenicienta (por el color ceniza) y parece como si la Luna nos anticipara todo lo que nos mostrará en los días siguientes.

El doble reflejo que causa la luz cenicienta


Luna menguante desde la ciudad
La luz cenicienta se observa en los primeros (2-3 días) y en los últimos días de la lunación, poco tiempo después del atardecer o del amanecer.  Es decir varios días antes o después de la Luna Nueva. Cuanto más temprana o tardía sea la lunación (cuanto menor sea la parte iluminada) más espectacular se mostrará. Si lo observamos al atardecer (fase creciente) la Luna se situará sobre el horizonte oeste y si la observamos antes del atardecer (fase menguante) la veremos sobre el horizonte este. Pero hay que tener presente que será visible durante un período pequeño de tiempo, una hora más o menos. Para su observación solo se requieren nuestros ojos pero la visión de la Luna con unos prismáticos o un pequeño telescopio es realmente maravillosa. Con independencia de lo que podemos ver en el terminador lunar, es decir el lugar que separa la zona iluminada de la oscura y donde se disfruta verdaderamente de la orografía lunar, podremos distinguir mares, cadenas montañosas, cráteres y otras formaciones lunares bastante interesantes.

La luz cenicienta en la Luna sería comparable a cuando los paisajes de la Tierra son iluminados al estar la Luna en su fase Llena. De hecho, desde la Luna se verá una Tierra casi "Llena". Debido al efecto de rotación de la Tierra, nuestro planeta visto desde la Luna crece a la vez que la Luna decrece cuando la observamos nosotros. Por tanto cuando la Luna está en sus primeros días de su ciclo la Tierra está casi en la fase llena observada desde la superficie de nuestro satélite. Eso sí, ¡casi 3.7 veces más grande que como vemos la Luna aquí!



Luz Cenicienta de Leonardo
La explicación de este fenómeno óptico no llegó hasta el siglo XV. Se creía que esa luz podría provenir de la misma Luna o bien un reflejo de la luz solar, incluso se planteó que era luz reflejada del vecino planeta Venus. El primero que dio una explicación correcta sobre la luz cenicienta fue el teólogo y filósofo alemán Nicolás de Cusa (1401-1464) y posteriormente el genial Leonardo da Vinci (1452-1519).

Este último dio la explicación en el Codex Leicester hacia 1510. Leonardo pensaba que la Luna tenía atmósfera y océanos repletos de agua pero sugirió, correctamente, que esa luz provenía de la Tierra aunque, eso sí, pensaba que el mayor reflejo procedía de los océanos terrestres, algo que hoy sabemos que no es cierto.




Una débil Luna creciente y Venus. Febrero 2015

La razón entre la cantidad de radiación que un cuerpo refleja respecto a la que incide sobre él se llama Albedo. Esta magnitud está entre los valores 0 (no refleja nada) y 1 (lo refleja todo). El albedo medio de nuestro planeta es de 0.39, el de Mercurio es de solo 0.06 y el de Venus de 0.70. El cuerpo del Sistema Solar que mayor albedo tiene es el satélite de Saturno llamado Encelado con un albedo de 0.98. El albedo de la Tierra depende de la situación atmosférica, geológica o estacional. Alcanza sus cotas máximas cuando la luz solar se refleja en los continentes, esto se produce cuando la Luna se encuentra en la fase menguante (es decir visible antes del amanecer). Si tenemos en cuenta que la mayor masa continental se sitúa en el hemisferio norte y que la mayor cantidad de luz se recibe en esta zona en la estación primaveral, entonces las mejores luces cenicientas serán las que podamos ver en los amaneceres primaverales.

La Luna, Venus y Júpiter en agosto de 2014. Esta imagen ilustra la portada del blog

Para fotografiar la luz cenicienta recordemos que hay que hacer una exposición un poco más larga de lo habitual para la Luna. Yo suelo emplear 1 segundo de exposición con un teleobjetivo de 135 mm e ISO800. La zona iluminada de la Luna quedará sobrexpuesta pero la luz cenicienta saldrá bastante bien. Como siempre, dependiendo del equipo que tenga cada uno, es conveniente hacer distintas fotografías con distintas variaciones hasta que consigamos una fotografía para nuestro albúm personal.

Para el 2017, los días en los que la Luna se encontrará en su fase Nueva son los que se expresan en la tabla que se expone a continuación. Recordemos que deberemos estar pendientes unos días antes (al amanecer) y unos días después (al atardecer) para poder observar la luz cenicienta.



martes, 24 de enero de 2017

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais...

Fotografía de la Nebulosa de Orión desde el centro de la ciudad de Sevilla. 10 segundos de exposición ISO1600

A raíz de una publicación que hice el pasado sábado 21 en mi muro personal de facebook, se me ha ocurrido escribir esta entrada mostrando los contaminados cielos de mi ciudad: Sevilla. Todas las fotografías están mostradas sin tratamiento alguno, es decir, tal y como salen de la cámara.

Realizadas con una exposición de pocos segundos a ISO1600,. en solo esos segundos nos damos cuenta de como nuestros hijos se están perdiendo uno de los mayores espectáculos que ofrece la Naturaleza: la observación del Firmamento. Lo mejor de la situación es que podríamos volver a conseguir que pudieran ver las estrellas con una iluminación urbana razonada y eficaz. Y lo peor es que a las "autoridades competentes" no les interesa. Cabría preguntarse si sus objetivos están dirigidos a tener entretenidos con otras cosas más "interesantes" a la población o cuales son los intereses para no cumplir la Ley que regula la contaminación lumínica.


LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

El Cinturón y la Espada de Orión desde el centro de Sevilla. Exp: 4 segundos ISO1600


En Astronomía la contaminación lumínica se traduce como un aumento ostensible de claridad en el fondo del cielo nocturno y una pérdida de visibilidad de los objetos celestes en general. Todo ello se debe a la reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y en las partículas de polvo presente en el aire de las ciudades. En la actualidad, la mayoría de los cielos de las ciudades nos ofrecen la Luna, los planetas y las estrellas más brillantes con una total desaparición de la Vía Láctea y sin posibilidad alguna de disfrutar de objetos de cielo profundo. Incluso con el empleo de instrumental pequeño la merma de oscuridad se hace evidente.

Pero la contaminación lumínica no solo afecta a la Astronomía, perjudica a los ecosistemas nocturnos, a la salud de humanos y animales y a sus modos de comportamiento. Es más, quizá no seamos aún conscientes de los efectos negativos que pueda tener. Eso sin contar el desperdicio energético y el coste económico que supone malgastar esa cantidad de energía mal gestionada.

Venus y Marte. 2 segundos de exposición. ISO1600


Obviamente no se trata de prescindir de la iluminación nocturna, por supuesto que no, pero sí sería fundamental que se evitara la iluminación directa a la atmósfera gestionando correctamente dichas emisiones. Se habla mucho de seguridad en las ciudades pero resulta difícil de comprender que cañones de luz dirigidos al cielo sirvan como motivo disuasorio para cualquier actividad delictiva.



PROPUESTAS Y LEGISLACIÓN







Aunque no existe una conciencia social destacada sobre el tema, si existen leyes que la regulan, otra cosa es que su cumplimiento sea efectivo.La legislación procede del año 2007 y puede encontrarse integramente aquí. Se promulgó la Declaración de la Palma por el derecho de la humanidad a la observación del cielo estrellado, declaración esta que quedó amparada con el apoyo de la UNESCO. 

Con una serie de acciones básicas se podría mejorar la eficiencia de la iluminación en las áreas urbanas. Dirigir la luz donde sea necesaria impidiendo el derroche en la dirección vertical sería lo fundamental. Es decir iluminar aquellas áreas que realmente se necesiten. Para ello se presentan como una buena alternativa el uso de luminarias apantalladas. Dichas lámparas, además, deberían ser de espectro poco contaminante, de vapor de sodio a baja presión o a alta presión pero en este último caso con una regulación adecuada de la potencia empleada. 

En cuanto a la iluminación dedicada a la ornamentación de lugares monumentales, lejos de estar en contra de ellos, se presenta una necesidad de cierta regulación, en potencia, dirección de los cañones de luz y tiempo de encendido. También los paneles publicitarios podrían emplear luces menos intensas y menos contaminantes. Algunos de ellos resultan verdaderamente estridentes.



Dos cañones de luz simultanean el cielo tras "iluminar" dos zomas monumentales de la ciudad de Sevilla



MIDIENDO LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

Personalmente suelo medir la contaminación lumínica un par de horas antes o después de ponerse en Sol los días en los que la luz de la Luna no molesta. Uso dos métodos. El primero consiste en medir la oscurudad del cielo usando un fotómetro de alta sensibilidad diseñado por la casa Unihedron y llamado Sky Quality Meter que en una escala de 16 a 22 nos muestra la calidad del cielo nocturno. Lo dirijo al cenit y nos muestra una cifra que nos indica las magnitudes por arco segundo al cuadrado (magnitudes/arcseg^2) que es la forma de medir la oscuridad del cielo. La escala de medida se encuentra en un intervalo entre 16 y 22 magnitudes/arcosegundo^2, de tal forma que el número 16 indica un cielo pésimo y el 22 un cielo excelente. 

Por ejemplo,desde una zona céntrica de la ciudad de Sevilla  suele indicar una cifra entre 17 y 18, lo que significa que las estrellas más débiles que puedo ver a simple vista tendrían una magnitud media de 3.5. Por otra parte desde una zona muy limpia en la Sierra de Huelva alcanzo, como mínimo, 21 magnitudes/arcseg^2, es decir, las estrellas más débiles que veo a simple vista son inferiores a la sexta magnitud.





La otra forma que tengo de medir el cielo que puedo "disfrutar" de manera regular es participando en el proyecto Globe At Night. Es una forma más subjetiva pero nos puede dar una idea de la calidad del cielo del que disponemos para realizar nuestras observaciones. Es una campaña mundial que consiste en comparar, en unos días concretos del mes donde la luz lunar no moleste, unas cartas de una serie de constelaciones con lo que vemos en el cielo. Aquí se pueden encontrar instrucciones en español sobre el proyecto cuyas observaciones pueden enviarse online. Este mes aún se está a tiempo de participar pues hasta el día 28 de enero, para ello se puede comprobar cual es la calidad de nuestro cielo (medido en magnitudes de las estrellas visibles a simple vista) comparando las cartas de la constelación de Orión que ofrece el proyecto con lo que realmente observamos.


NO PERDAMOS LA ESPERANZA DE DISFRUTAR DEL CIELO

La Vía Láctea fotografiada desde la Sierra de Huelva y perdida en los cielos urbanos

La mayoría de nuestros hijos no pueden ver la Vía Láctea desde donde viven. He tenido oportunidad de hablar con niños de 7 u 8 años que no la han visto jamás. Nunca. Desde cualquier núcleo urbano es realmente difícil distinguir constelaciones completas salvo aquellas cuyo asterismo principal esté formado por estrellas brillantes. Las estrellas fugaces que podemos ver tienen que ser realmente destacadas reduciéndose muchísimo el número de estrellas fugaces visibles en alguna lluvia de meteoros importante.

En mi caso, que no siempre puedo marchar a buscar cielos realmente oscuros en mi sitio preferido de la Sierra de Huelva, tengo que conformarme con observar el cielo desde una azotea de una muy contaminada ciudad como Sevilla. Adecuo las observaciones que puedo hacer al cielo que tengo. Creo que eso es imprescindible. Por otra parte, el uso de cámaras fotográficas instaladas en pequeños telescopios con monturas de seguimiento portátiles me ayuda a seguir disfrutando de la Astronomía. También sigo observando estrellas variables, eso sí, aquellas que son brillantes y que además suelen estar poco seguidas. Mi panorama es desalentador pero no pierdo la esperanza en seguir observando el cielo mientras pueda. Es lo que he vivido desde pequeño. Es más, mientras existan niñas de 15 años como Alyssa Carson que quieran viajar a Marte, yo seguiré subiendo a la azotea a fotografiar el cielo y a hacer las observaciones que pueda. Y con mis niños, por supuesto, esperando que su generación pueda seguir disfrutando el cielo y no le tengan que decir a mis nietos aquella memorable frase que el replicante Roy Batty le dijo a Deckard en la fantástica película Blade Runner: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais..."

miércoles, 18 de enero de 2017

Una preciosa conjunción para el amanecer del 19 de enero

La Luna, Júpiter y Spica

Antes del amanecer de la gélida mañana del jueves 19 de enero podremos disfrutar de una preciosa conjunción en el horizonte Sur. Los protagonistas de ella serán la Luna, el planeta Júpiter y la estrella más brillante de la constelación de Virgo, Spica. El conjunto de los tres cuerpos, un satélite natural, el gigantesco planeta gaseoso y la estrella se alzará a unos 45 grados de altura sobre el horizonte hacia las siete de la mañana hora peninsular española, (6h00 en Tiempo Universal).

Amanecer del día 19 de enero de 2017

La Luna se encontrará casi en el cuarto menguante con una superficie iluminada del 56%. Dos grados al sur de ella (como cuatro veces el diámetro de la Luna Llena) nos encontraremos el precioso planeta Júpiter, brillando blanquecino con magnitud -1.6. Si tenemos oportunidad de observarlo con unos pequeños prismáticos lo observaremos con tres satélites sobre el limbo este, estos tres satélites serán, por orden, Io, Europa y Calixto. El cuarto satélite, Ganímedes en ese momento estará emergiendo de la disco iluminado del planeta.


Si partimos desde Júpiter hacia el sur veremos a 3 grados y 40 minutos (una distancia comparable a algo más de siete veces el diámetro de la Luna Llena) nos encontraremos con una estrella blanco-azulada. Se trata de la estrella Spica (Espiga), la más brillante de la constelación de Virgo que brilla con magnitud 1.0 y separada de nuestro planeta 260 años luz.

Aunque haga frío, y la hora sea algo intempestiva, si tenemos los cielos despejados no perdamos la oportunidad al menos de aomarnos a la ventana y observar el espectáculo. Aún si vamos de camino al trabajo nos la encontraremos y sabremos identificar lo que estamos observando: otro de eso que suelo llamar, cuadros en el cielo. Seguro que nos alegrará la mañana.